Bienvenid@ a mi sueño.

Los sueños nunca mueren. Muren los que no son sueños, mueren los que quieren morir.

29.11.11

Para Flor


Querida Flor:

¿Cuánto tiempo ha pasado ya? No lo sé. Pero parecen ser años, y puede ser que haya sido solo minutos, solo segundos. Nunca pensé que algo así podría llegar a pasar, pero aprendí mucho gracias a ti, y quien sabe, tal vez también aprendiste algo de mí. Espero que estés donde estés seas feliz, con quien sea que te encuentres ahora. ¿Sabes algo? Jamás me olvide de ti, de ese pequeño tiempo que fue una eternidad junto a ti. Pero la vida debe seguir ¿no? Ahora pienso en los errores que cometí, pero no me arrepiento, dije que jamás lo haría, aunque tal vez si lo haga un poco.

Bueno, déjame partir recordando aquel día, ese Lunes de aquel viejo Marzo, donde todo empezó para terminar. Tu vestías con una polera blanca algo hippie, yo con una camisa café que simulaba algo militar, hay unas fotos de aquel día, aún las guardo. Todo parecía ser hermoso, donde una mirada bastaba para demostrar absolutamente todo y nada, un abrazo y un beso, una sonrisa y un pestañeo, todo aquello que duro tanto, pero tan poco. Fue bello ¿no? Después paso el tiempo, ya no éramos los mismos, cambiamos, para bien y para mal, pero no me arrepiento. Hubo un momento donde pensé que teníamos una seria relación, pero tú no lo viste así. Así que paso el tiempo, y paso lo nuestro. Tiempo después me escribiste, mandando las fotos de las que te hablaba antes, creo que en ese momento fue cuando decidí dejar todo atrás, y avanzar hacia la vida militar, que ahora me llama y me mantiene, sumido en compañía y soledad. Las misiones en las que he estado han sido horribles y bellas, no me permiten dormir por las noches. Recuerdo una donde estaba en Israel, antes de la guerra, ahí conocí a una mujer, que me contó sus historias de amor, las únicas tres que había tenido a lo largo de sus ya viejos ochenta y siete años. La primera no fue lo mejor, de hecho, fue lo que más la hizo sufrir y la lleno de miedos, la segunda fue con un tipo que conoció en la universidad, supuestamente él la amaba y ella a él. Me conto que fue algo pasadero que no duró mucho, solo dos meses, pero que en el fondo de ella, sabía que era el hombre que amaba, pero el desapareció, como el polvo en el viento. Su tercer “amor” fue otro conocido de la universidad, con quien al final se caso. Lamentablemente, el tipo cambio cuando se casaron, la golpeo muchas veces, hasta que un día, se harto, tomo el rifle de su esposo y apretó el gatillo. Jamás la procesaron ni nada, hasta que un día, llego un detective a su casa, preguntándole, porque lo había hecho. Conversaron durante mucho tiempo y al final el se despidió diciendo: “Debí haber sido yo el que recibiera aquel disparo, no él, yo lo merecía y aún lo merezco”. Y se fue. Ahí ella se dio cuenta que el detective fue su antiguo y único amor, pero ya era demasiado tarde, el se había ido otra vez.
Esta mujer, jamás abandono la búsqueda de él. Pero jamás lo encontró. Por algún motivo, nos veo reflejados en ellos, pero con una diferencia, nosotros no nos veremos otra vez. Estoy en mi lecho de muerte, el cáncer me ha ganado. No tengo más de 1 mes. Por eso te escribo, no para pedirte perdón por lo que hice, ni para pedirte que vuelvas o me busques, te escribo para pedirte que seas feliz y para poder ir en paz. Fuiste mi última mujer, la única que realmente amé, pero ya es muy tarde, el tiempo me ha ganado y creo que al irme te veré otra vez, en un sueño, donde mi cielo acabe contigo, pero soñar es gratis y no garantiza nada. Para cuando leas esto, lo más probable es que ya haya partido a vivir con quienes siempre soñé. Un beso y un adiós te daría, pero ambos sabemos que no puede ser así…
Siempre tuyo.
Un soñador más.

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