He intentado todo lo que se me ha ocurrido. Todo.
Pero nada ha servido aún, por eso este poema.
Tal vez palabras metafóricas lo hagan menos incómodo,
Pero no lo sé realmente, solo sé que debo intentarlo.
Solo sé que el amor puede más, que puede aliviarlo.
Entonces me siento a escribir como siempre hacia,
Aunque esta vez es muy diferente. Hay un motivo.
Mis dedos ya no bailan como antes, les falta eficacia.
Se mueven como poseídos por un ser curativo,
Como si no fueran parte de mí, como si fueran más,
Como si no quisieran detenerse nunca jamás.
Lento empiezan a despabilar y a hacer una sinfonía,
Una del tecleado que busca las palabras adecuadas,
Una que rima con buscar el perdón, que busca que ría.
Parece que quieren arreglar nuestras almas destrozadas.
No solo los dedos piden sentir de nuevo tu calor,
También soy yo esperando volver a tener tu olor.
Bailarán día y noche los pequeños dedos ante mí,
Dando un espectáculo que solo se podrá leer,
Porque solo quieren bailar frente a mí y por ti.
Parece que te aman más de lo que yo creí entender.
Me sumo al baile de los dedos y bailaré por ti,
Bailaré esperando por un gran amor sin fin.
