Historia Final

Estaba oscuro, le pregunté qué pasaba.
Dijo que nada, llorando, mirando la ventana.
Reí, no de malo, solo que ahí había algo malo,
Algo más oscuro que el pensamiento humano.
Me miro cinco segundos y me grito idiota.
La abracé y le dije que solo era “su” idiota.
Ella lloraba y le conté que mis errores enmendé.
Ahora todo cambiaría, pues mis estrellas cambié.

La noche se fue, mas el sol nunca llegó,
Las nubes lo cubrían todo, la luz murió.
Y el suelo, empapado en llanto divino,
Era el escenario perfecto de lo vivido.
Ella creía que ya tiempo no nos quedaba,
Y yo, ante todo eso, solo lo negaba.
El tiempo estaba, pero iba de prisa,
Tanto que ya no quedaba para las risas.

Y ella me contó lo que sentía, lo que pasaba,
Lloraba, pues sabía que de mí ya nada sobraba.
Volví a reír, mientras mis ojos de agua colapsaban.
Le di un beso sazonado por saladas lágrimas
Mientras esperábamos la llamada a ser ánima.
Así que pensamos como podría escapar,
Pero estaba oscuro, así que no la vimos llegar.
La Parca se sentó a nuestro lado, me iba a llevar.

Solo un juego

A ella se le olvido aquella estrella
Y él dejó a quien quería ser la suya.
Él caminó en la misma dirección
Y encontró a una nueva meta.
Ella cambió su carta por otra de la mesa
Y él ensordeció por toda la bulla.
Él, entonces, al tiempo mayor miró
Y se confinó a la sombra de su cabeza.

Y la silla permanece donde fue dejada,
Pero nadie jamás quiso sentarla,
Y él salió de su sombra y fue a montarla
Y encontró mentiras como polvo de hadas.
Las cartas en la mesa y el mazo cortado esperan,
Pero el brillo de las estrellas él aún venera.
Si creer es soñar, él está perdido cerca de Morfeo,
Aún así, debe acabar la mano en el coliseo.

Miradas fijas, poco sensibles y angustiantes
Son las que le atiborran en su próxima jugada.
El susurro por detrás le dice que no hay diamantes,
No hay joyas que ganar, ni absolutamente nada.
Aún así, él juega. Juega por la vieja estrella,
Juega por el camino que tomó sin ella,
Juega en la silla de quien llamo amada.
Simplemente juega. Ya no piensa en nada.

Y así quedó él, perdido en un juego,
Perdido en la sospecha de algo que no era cierto.
Pero él no lo sabía. No, él nunca lo pensó,
Porque en los juego no se piensa en otra cosa,
Te olvidas de que un juego al final, solo es un juego.

En la sombra

Esta oscuro. Ya viene la hora a la que siempre temo. No quiero que llegue. No quiero sentirlo otra vez. No quiero tener más miedo. Son casi las doce ya y sé que el monstruo se acerca. Escucho las pisadas pesadas, lentas y seguras. Sé que está por ahí. Sé que viene por mí. Todas las noches durante siete años, siempre a la misma hora, para el mismo dolor, el mismo miedo, ese que no puedo hablar. No creo que hoy sea diferente, tengo miedo. Tengo mucho miedo.
Todo en silencio, todo a oscuras, todo muy frío y lo escucho. Está en la puerta de mi pequeña pieza, todos duermen y no escuchan cuando el llega. Se acerca a mi cama. Sudo, tirito, me escondo en las sábanas, con mi oso. Espero que esta vez me protejan del monstruo que no me ha dejado tranquila. He oído que rezar es la mejor forma de espantar a los demonios, pero ese Dios, al que todos rezan, parece no escucharme. ¿Por qué no está para protegerme? ¿Por qué nadie me protege?
Ya es muy tarde, siento la respiración del monstruo ahí, al lado mío. Su mano recorre las sábanas, buscando entrar. Ya no hay vuelta atrás y no me queda más que esperar que pase pronto. Encontró la entrada y lo veo nuevamente. ¡Horrible! Lloro y su mano ahoga mi sollozo. Su olor a azufre y a metal no lo puedo aguantar. Creo que debo pensar en algo bueno porque me acaba de hablar. Me dijo: “No digas nada, es nuestro secreto. ¿Está bien, hija?

No Importa

Cuatro años y aún  recuerdo las palabras:
“Todos los años, no importa dónde o como”
Y aquí estoy después de todo, como criando larvas.
Larvas que crecen al tiempo, no importa cómo.
Y al final son seres nuevos, raros y bellos.
Así que crío larvas y olvido los ecos.

No importa cómo, pero el suspiro está,
Y hay palabras de sobra en esta espera infernal.
Se siente extraño. ¿La recompensa lo valdrá?
No me quiero hundir en dudas…

Dos meses y aún recuerdo las palabras:
“Quiero dejar, pero me has dicho que debo esperar”
Y aquí estoy, a pesar de todo, mirando la playa.
Escucho un nuevo eco y las olas rompiendo el mar.
Y al final, el mar me puede matar,
Así que me siento, solo a esperar.

No importa cómo, pero el sueño está,
Y hay palabras que faltan en este dormir anormal,
Se siente mal. ¿Por qué seguir con ese “soñar”?
No me quiero ahogar en pensar…

Un día y aún no recuerdo nada.
Las flores quieren estar, pero la primavera no llego.
Y no tengo esa rosa, no hay magia.
No sé qué significa, pero la larva creció
Y se fue a las olas del mar a dibujar,
Y dibujo la rosa que prometí atrás.

No importa cómo, pero la promesa se cumplió.
Y hay palabras exactas para el momento,
Se siente bien. Pero, ¿ya hay nada o no?
Ya me hundí y me ahogué pensando en soñar…

La Silla

Está ahí, a dos pasos de aquí, y no existe.
No existe si no es en sueños, y aquí no hay sueños,
Porque los sueños son dormidos. ¿Por qué insistes?
Aquí no hay nada, no hay nada, pero lo deseo.

Cinco que son sin ser, son algo que no llega.
Cinco que sin ser son, son algo que aparentan.
Está ahí, a cinco pasos de mí, pero no está,
Al menos para mí, ahora, no quiere estar.

Estoy donde estaba, ahí sentado donde se sentaba,
Pero no hay calor, no hay nada similar a la emoción.
Parte se desilusiona, parte real la necesitaba.
¿Por qué dices que siempre tuve la razón?
No la tuve antes, no creo que la tenga en este momento,
Estas son cosas que pasan, aún así, lo lamento.

El alba se acerca cada vez más y aún estoy aquí,
En la silla donde se sentaba, la silla que calentaba.
Y las pesadillas no cesan, no quieren estar sin mí.
Así que me quedo en su silla. No quiero cambiarla.

Ya no está… ¡ya no está!, ¿no lo entiendes?
Se fue al partir, al dormir y al desaparecer.
¿Por qué insistes en que está presente?
Espero que pronto llegue este amanecer.
La puerta abierta, ahora yo debo partir,
Pero no voy al mismo lugar, yo me quedo aquí.
De vez en cuando al lago hay que ir a visitar,
Que en sus aguas y misterios hay que indagar.
¿Entiendes que puede que la encontremos ahí?
Aquí no hay nada, y tal vez, allá tampoco,
Pero por lo menos lo quiero intentar, quiero vivir.

De Luna y Sol

Por mi luna, aquella que no tengo aún,
Por el sol y las estrellas, que aún no soy,
Por el solo suspiro de mi bella azul,
Por ella, por ella es que soñando estoy.

En mi sueño, mi luna azul me habla,
Me toma de manos y me dice que me ama,
Pero me mira, me mira muy de cerca
Y dice: “Eres una ilusión, no dejaré que crezca.
Te quiero y sé que no estás, deja al fuego apaciguar,
El cielo es de los dos y nos iremos antes de acabar.”

Despierto del sueño y cabalgo el desierto rojo.
Entre nubes de polvo la veo en el cielo,
Y entre cielos de día veo al sol solo.
La noche se acerca, es hora de cubrir el velo.

Y en sueños despierto otra vez.
A mi derecha y arriba, la luna se apaga.
A mi izquierda y abajo, el sol me ve.
Cabalgo el desierto con mi bella azul.
El cielo baja o nosotros subimos,
Pero con ella estoy, como fue prometido.
Mi luna azul no se irá y el sol y las estrellas no la dejarán.