Me he dado cuenta que aún sueño con flores,
Que la catarsis de un segundo aún perdura,
Y que el cliché de que todo estará bien, deslumbra.
Me he dado cuenta que aún quedan pétalos en las flores.
Me he percatado que el negro valle al lado del océano
No es más que un reflejo de un triste cementerio,
Pero que en el horizonte se ve sin ningún misterio.
Me he percatado que hay más que una sonrisa de ébano.
Seis pies bajo la tierra y tres metros sobre el cielo,
Ahí es donde yo ahora me encuentro, o eso creo,
Porque ya nada sabe a frio e insípido hielo,
Ahora tiene sabor a belleza y suspenso.
Que las calles son largas con mala compañía,
Debido a ello es que ya no camino, solo vivo,
Vivo un sueño, que es mejor que soñar que vivo.
Que las calles son cortas si vivo con real compañía.
Entonces me despejo bajo el húmedo suelo,
En las palabras y lagrimas de quienes me acompañaron
Por las calles cortas, hermosas, que me marcaron.
Entonces sonrío sobre el soñador cielo.
Me he dado cuenta que aún sueño con flores,
Porque donde estoy, la primavera nunca acaba,
Porque donde voy, la compañía me acompaña.
Me he dado cuenta que aún sueño con flores.
