Bienvenid@ a mi sueño.

Los sueños nunca mueren. Muren los que no son sueños, mueren los que quieren morir.

16.5.10

Mi Pesadilla (Parte 2)

Luego de un gran retraso efecto de muchas cosas, aqui les entrego mi segunda parte de este mi cuento:


Ya ha pasado casi una semana de los extraños hechos ocurridos ese sábado por la noche, Carrillo sigue hospitalizado, y según lo que escuche, quieren llevarlo a un siquiátrico. Pobre de él, quien sabe lo que vio, lo es escucho, lo que sintió. A pesar de tener esta triste noticia, debo arriesgarme y continuar mi investigación, las respuestas deben ser halladas, no me voy a quedar de brazos cruzados. Pero esta vez, iré preparado.

La noche está fría, mis piernas tiritan, no sé si es de frio o simplemente por el hecho de que se a lo que me enfrento, o tal vez no. La casa se ve más tétrica que la vez anterior y realmente siento que no debería entrar allí, pero lo haré, no solo por el trabajo, sino que por mí, debo saber qué es lo que le sucedió a esa chica. Mis manos tiritan con la linterna en ellas, la luz se mueve para todos lados, estoy sugestionado, ya veo como algo salta frente a mi y me destruye, Dios quiera sea solo una ilusión mía. Entro lentamente por la puerta de madera, rechina como si fuera un ataúd. Adentro está oscuro, huele a muerte y a miedo. No sé si debo ir primero al sótano o al segundo piso, muero de curiosidad por saber que le paso a Carrillo haya arriba, pero también quiero entender porque vi a la muchacha allá abajo. Iré arriba.

Lentamente subo la escalera, mi respiración empieza a agitarse, empiezo a sudar frio, mis manos y mis piernas tiemblan, esta sensación es como el demonio. Una vez arriba, voy a la habitación donde encontré a mi colega, no hay nada más que una cama y un velador. Me acerco y abro el velador, encontré un manojo de cartas y un anillo. Me senté a leer, pero cuando me senté algo raro empezó a pasar. Vi fuego afuera, la casa en si comenzó a incinerarse cuando me levanto y todo desapareció, mi corazón en ese momento iba a mil por hora. Salí casi corriendo de la habitación y me senté en el piso. Eran doce cartas, pero no me sentí capaz de leerlas ahí, el miedo me superaba ya. Baje fui a la cocina y encontré una mesa con sillas y un refrigerador. Por algún motivo lo abrí, primero vi cabezas de pequeños niños ahí adentro, y el olor a putrefacción me hizo vomitar, pero cuando levante mi vista, ya no había nada, ni cabezas ni olor. Mis nervios ya se estaban poniendo mal, muy mal. Abrí la llave del fregadero, no había agua, no me pareció extraño, pero cuando me doy vuelta, escuche que algo salía de ahí, sangre, sangre espesa, que llenaba poco a poco el lugar. Pestañe y otra vez desapareció todo. “Que alucinaciones más raras, esto del estrés me tiene complicado.” Dije en voz alta para no sentirme tan solo y asustado. Me senté en la silla y comencé a leer la primera carta, pero al parecer era una especie de diario:

Enero 18, 1960.

Mi madre ha enfermado gravemente, los doctores dicen que tiene una enfermedad que no es de este lugar y eso me hace estremecer, el pensar que mi madre pueda morir, pero por eso quiero dejar todo aquí retratado, esperando que tal vez, me sirva en un futuro como un recordatorio de lo difícil y dura que es la vida. Mi padre me ha dicho que pase lo que pase siempre estará conmigo, pero nunca está en casa, lo veo solo los domingos, y además siempre está dormido, me siento sola, muy sola. Ahora que mi madre está mal, mis tíos han venido a quedarse con nosotros, temiendo lo peor. Mi primo, el menor de la familia me dijo que había una forma de salvarla, pero que era peligrosa y de todas formas alguien debía morir, creo que solo bromeaba, buscando una forma de relajarme, de todos modos no me hizo gracia. Creo que otro día seguiré escribiendo.”

Interesante carta, tal vez, lo que le dijo su primo tiene alguna relación con lo que sucede en esta casa, tal vez es satanismo, no sé mucho al respecto, pero si hay algo que no pertenece a este mundo interfiriendo con el descanso de la chica, algo debo hacer.

No puedo ocultar que después de un rato de pensar y sugestionarme, el miedo, que casi lograba controlar luego de las alucinaciones, ha vuelto de manera más poderosa e inquietante, casi como si esta vez algo me estuviera vigilando, evitando que me sienta fuerte, manteniendo el miedo presente en mi mente, en mis pasos, en mis manos. Debo ir al sótano, pero antes debo terminar de leer las cartas, tal vez una pista me darán.

No había nada en las cartas, solo que la última era prácticamente ilegible, muy extraña, parecía escrita con sangre y tinta, y solo al final se lograba entender algo como “Con mi alma la respuesta está escrita”, ¿Será que de verdad pasan cosas no normales aquí y no solo ha afectado a una persona, si no a muchas más?...

3 comentarios:

  1. Muy interesante... me fue muy grato darme cuenta que habías publicado la continuación de este cuento.

    Tan solo te recomendaría que le des una nueva lectura; se te pasaron por alto algunos errores menores. Fuera de eso, magistral.

    Ahora a esperar la tercera parte... mis felicitaciones.

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  2. Gracias por tu comentario viejo amigo, espero cada vez ir puliendome y mejorando mis escritos...

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  3. Esta bonito Parra :), me gustaría conversar contigo sobre el como llegaste a eso.. ¿Lo soñaste de verdad o se te ocurrió?

    Weno eso, creo que los errores gramaticales son adornos a la larga, pero la idea esta buena.
    Hablamos!
    QEATG

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